La vida es un ratito. Lo que cuenta es lo que decides vivir.
A veces no hacer nada parece la mejor opción.
No voy a hacerlo porque. No voy a atreverme porque. No voy a decir lo que pienso porque.
Nos gusta pensar que si tiene que ser será. Nos asusta lo demás.
Acabamos cediéndole la responsabilidad de lo que nos importa al futuro. A un “quién sabe” ausente de certezas con el único fin de alejar del presente el miedo.
La verdad es que la vida no va a soltar el acelerador en ningún momento. Y ojalá pisar el freno de golpe en algunos instantes para no pasar de puntillas por ellos.
Para aprender a disfrutar de la vida, que falta nos (me) hace.
Que la única certeza es hoy.
Igual mañana ya no.
Que al final la vida es eso,
un ratito.