De forma inconsciente pasamos demasiado tiempo pensando en el mañana.
Haciendo planes.
Organizando la vida.
Pensando en cosas que ni siquiera sabemos si después se harán verdad.
Qué putada.
El largo plazo está sobrevalorado.
Por mucho que intentes atar todo, no tienes ni idea de qué va a pasar mañana.
Todo puede caerse. O todo puede empezar a levantar.
Por eso, tómate esa caña.
Vete a ese viaje.
Ten todas esas conversaciones interesantes.
Haz eso a lo que ya has dicho sí en tu cabeza.
Arriesga. Un poco más.
Y si sale mal
Siempre habremos aprendido. Que nada es tan importante. Que hemos venido a jugar.
Que todo lo que importa es el aquí,
y el ahora.
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